jueves, 2 de marzo de 2017

REFLEXIONES EN PLENO ULSTER VOL. II

BELFAST, NORTHERN IRELAND.
Comienza marzo, ya está casi superado el invierno (mentiras tranquilizadoras). Llevo ya un cuarto de año en esta ciudad, en esta isla tan pequeña y tan verde y exótica para mí. 

Echo de menos el sol, las temperaturas invernales por encima de 15 grados, el azul del cielo, la luz de verdad. Echo de menos a mi madre, simplemente pasar tiempo de vida con ella y disfrutar de ello, sin más expectativas. Echo de menos a mis sobrinos con sus cosas de niños, echo de menos achuchar a mi hermana, escuchar a mis hermanos hablando entre ellos con toda su complicidad, echo de menos el ver la ternura y amor con la que me hablan y mirar, así en general. 

Echo de menos pasear sin ir con la cara congelada, fumándome un cigarrito de vez en cuando mientras paseo por el río, o por donde sea, pero con ese olor característico a azahar, a clima Mediterráneo, a sur. 

Pero sobre todo echo de menos esa sensación de felicidad que sentí fugazmente cuando defendí mi tesis doctoral y conseguí trabajo. Buah...Lo malo es que después vino una sensación horrible de angustia, tristeza, nostalgia, pena...para quedarse. 

El destino me alcanzó y ahora hay que remontar. El problema es que soy muy propensa a luchar por causas perdidas, a no hacer caso de mi intuición, que yo creo que es el link entre corazón y razón. Yo soy una emocional al estilo más purista. No confundan por favor con ser gilipollas...oh wait! Eso es, soy gilipollas. 

Pues sí, queridos lectores, soy gilipollas. Y a mucha honra. Esa soy yo y me toca aceptarme. Ahora que me voy empezando a conocer, veo cosas que no me gustan. Quizá ha sido la vida, con sus giros inesperados, la que ha hecho que se revelaran facetas de mi que ahora han quedado al descubierto. Vaya putada...pero vida sólo hay una, so...what can I do? 

La vida es una broma muy pesada, repleta de decisiones que tenemos que tomar sin estar preparados para ello. Nunca estamos preparados, nadie nos enseña cómo vivir, la vida es una asignatura que tienes que ir aprobando sin estudiar...no me explico cómo hay gente que saca notaza, yo voy de culo, pero al final todos nos graduamos igual, cuando ésta acaba. Unos pasan la carrera de la vida de fiesta en fiesta, saboreando cada momento, bueno o malo, con una sonrisa. Asumen sus cagadas, sus puntos flacos, sus errores garrafales. Otros luchamos contracorriente, vivimos frustrados por no sabernos la lección porque no hay apuntes, intentamos sacar sobresaliente y como no lo conseguimos (casi nadie lo consigue), estamos tristes, frustrados, angustiosos y en la cuerda floja en muchos momentos. 

Ay!! Cuándo aprenderemos los de mi calaña que en la vida, la mayoría de cosas importantes se escapan de nuestro alcance!! Y lo que no puedes controlar, te va a hacer muuuucho daño si no te relajas y asumes que se escapa de tu control y que no depende de tí...

Casi 30 tacos y me veo más ignorante que nunca, en todos los sentidos. Quizá estoy en ese momento de ir para atrás un poco justo antes de lanzarse a la good life, la metáfora del arco y la flecha, who knows, I wish.

Me quedo atrapada en las cosas malas, en el dolor, en lo dañino. Parece que monta campamento en el bosque de mi alma y hace fuego para calentarse y me quema por dentro. Y yo dejo que me queme, o no puedo evitarlo, no lo sé. 

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Vaya tela...y no estaba inspirada hoy...Una de mis canciones favoritas ha ayudado mucho.

Esta canción también está de rabiosa actualidad en un momento de mi vida en el que siento que soy un fantasma en otro lugar de la Tierra, a 2500 kms de donde vivo ahora. El lugar donde he vivido casi toda mi vida. Pero eso es otra historia, que da para otro post, como mínimo. 


Ya no doy ni las gracias por leer, qué desfachatez por mi parte...Gracias por leer estas paranoias y empatizar. Os dejo con una foto de mi outfit habitual de invierno irlandés con mi alter ego animal, por las ojeras, digo.






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