Igual que en "Baila, baila, baila" de Murakami, no puedo evitar acabar de nuevo en ese pasillo oscuro y frío que es mi mente, pero mi mente de verdad, con toda su profundidad.
No hubiera entrado de no ser por la pesadilla que me tuvo sufriendo dormida y despierta toda la noche y que abrió de lleno la puerta a ese pasillo sin remedio.
Esta vez entré directamente en la habitación y una tormenta de nieve en todo su apogeo me recibió. La cara se me cortó inmediatamente, y tuve que cerrar los ojos por el viento...desolación.
Tras unos segundos de conmoción, abrí los ojos de par en par y me terminé de subir la cremallera del abrigo, con algo de dificultad, pues con guantes no me manejo muy bien.
Foto de archivo. Heidelberg 2008. |
Efectivamente, iba preparada. Aún así estoy jodida, no lo negaré. Pero ahora tengo clara una cosa que ha de darme toda la fuerza, la motivación y el ánimo que necesito:
CUANTO MÁS FRÍO TENGA... :)
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