Editado el 6 de enero de 2014: (Contextualizar este post en unas semanas de clausura, con altas dosis de baja autoestima, bajón generalizado, fechas de aniversarios horribles, y falta de motivación para lo que se me viene encima)
5 de enero de 2014
Escuchando canciones de muerte y destrucción, me pongo a reflexionar y mi mente viaja a una velocidad vertiginosa a oscuros rincones del alma…esas esquinicas podridas del corazón, hasta donde llegó la destrucción, hasta donde se echó a perder el amor.
5 de enero de 2014
Escuchando canciones de muerte y destrucción, me pongo a reflexionar y mi mente viaja a una velocidad vertiginosa a oscuros rincones del alma…esas esquinicas podridas del corazón, hasta donde llegó la destrucción, hasta donde se echó a perder el amor.
Reconozco
que por un tiempo me pasé al lado oscuro de la fuerza. Ya se lo dijo Yoda a
Anakin:
«El
miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva
al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti. »
Miedo,
ira, odio, sufrimiento…
Reconozco
que he odiado, y reconozco que aún a día de hoy hay rabia e ira en mis venas…qué
le voy a hacer? Hay cosas que no se pueden cambiar. Uno puede entrenarse para
avoid the suffering, puedes entrenar tu mente para ver el lado bueno de las
cosas, para amargarte menos. Puedes tratar de canalizar los sentimientos
perjudiciales por muchas vías, algunas geniales de hecho…He invertido tantísimo
tiempo en todo eso…tantas noches de lucha interna, tantos días de esfuerzo
agotador…
Pero,
los bordes del corazón, esos que están putrefactos y apestan…ay, dios, eso es
lo peor que me ha dejado todo este tiempo, y es lo que retroalimenta lo malo
again and again. 2015 tiene que suponer la curación definitiva de todo esto,
que el siguiente capítulo está por empezar J
Ya
supo antes el corazón lo que era sufrir, pero no se pudrió, sólo se rompió en trozos
perfectamente perfectos. El tiempo va curando los puntos de la unión de las
partes. El tiempo y el amor de las personas preciosas que hacen que este viaje
realmente worth it. Es una cicatriz preciosa, cero queloide… Mi padre no tenía
la culpa, más bien al revés. Era tan jodidamente genial, que el vacío que nos
dejó fue inmenso y aprender a vivir sin él es aún un reto diario para la reina
madre y, me incluso sí, también para mí. Aún hoy, casi 9 años después, me rompo en
combustión espontánea al darme cuenta de que no está.
Joder
papá, eras mi compadre, mi cómplice, mi ídolo y mi fan número 1. Si me vieras
ahora, madre mía, verías que cada vez me parezco más a ti, es alucinante. Y
verías que estoy llegando a ser más presumida que mamá, que mira que era
difícil jaja. Bueno, y lo de ser doctoranda jaja, eso ya te haría alucinar del
todo…yo también he alucinado mucho estos años…me he hecho mayor y te he
necesitado mucho, muchísimo, y tu lugar no lo ha podido ocupar nadie y eso siempre
será así. Y yo siempre tendré esa cicatriz hermosa, y siempre lloraré unos
minutos, pero luego sonreiré al recordar lo putamente genial que eras y la
suerte que tuve de tenerte como padre y la súper suertaza que tengo de tener
tus genes y, me cago en la leche, tengo que tener un Antoñico pequeñico y
contarle que su abuelo era el mejor.
Aun soy una padawan de la vida...pero creo que me queda poco para ser Jedi. Por cierto, en 2014 debí ser buena, porque los reyes me han traido todo lo que les pedí. Veremos a ver el año que viene, cuando les pida un trabajo...
Este post va dedicado a Antonio León, genial marido, genial padre, genial político, genial investigador, pero sobre todo, genial persona que me hizo creer en la existencia de los hombres buenos, como él (que los hay, los hay).
Un besico.
Carita de Mona
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